Pero no
me importa, sé que ha valido la pena. Sé que a veces
parezco una montaña rusa, que sube y baja y no logras
alcanzar. Que unas veces digo blanco y otras negro y no logras
entenderme. Te mareo y te doy vértigo, pero también
hago cosquillas en tu corazón y eso te encanta. Me dejo llevar
fácilmente, sin ponerte barreras y es peligroso, pero
tratándose de ti me da lo mismo, aunque me arriesgue a un
golpe enormemente fuerte. Sé que me invade la locura y te saca
de quicio, pero forma parte de mí y de cómo soy, y mis
nervios incontrolables son compatibles con tu tranquilidad. Mi
tempestad forma parte de tu sonrisa y la causa de nuestra pasión.
Soy ese carrusel que quiere vivir contigo el resto de sus días,
sin parar de dar vuelta
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