sábado, 11 de febrero de 2012

Me precipité saltando al vacío...



Pero no me importa, sé que ha valido la pena. Sé que a veces parezco una montaña rusa, que sube y baja y no logras alcanzar. Que unas veces digo blanco y otras negro y no logras entenderme. Te mareo y te doy vértigo, pero también hago cosquillas en tu corazón y eso te encanta. Me dejo llevar fácilmente, sin ponerte barreras y es peligroso, pero tratándose de ti me da lo mismo, aunque me arriesgue a un golpe enormemente fuerte. Sé que me invade la locura y te saca de quicio, pero forma parte de mí y de cómo soy, y mis nervios incontrolables son compatibles con tu tranquilidad. Mi tempestad forma parte de tu sonrisa y la causa de nuestra pasión. Soy ese carrusel que quiere vivir contigo el resto de sus días, sin parar de dar vuelta


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