sábado, 30 de enero de 2016

Y bailas, aún con la sonrisa llena de fracasos, bailas.

"Un día te rindes sin saber si has luchado o es que has hecho el papel de imbécil. Y sonríes porque al final todo ese dolor sirvió para darte cuenta de quién eres, de hasta donde eres capaz de querer, de saber lo valiente que has sido. Lo sabes porque a pesar de que las heridas aún sangran confías en que en algún momento serán meras cicatrices curadas por el tacto adecuado, por la sonrisa de aquel que sepa verle la belleza a un corazón que es bonito porque estuvo roto. Porque quiso. Y te miras en el reflejo de ese espejo que tantas noches no te dejó observar lo que vales porque las lágrimas tapaban el cristal, y le dices a tus ojeras que se preparen, que la próxima vez será cuestión de ellas demostrar que siempre duerme un poco menos el que más ama, que estén orgullosas de lo que significan: toda una declaración de amor.
Y bailas, aún con la sonrisa llena de fracasos, bailas.
Al menos quiero pensar que podría ser así, aunque todas mis ojeras te las debo a tí. Que no es insomnio, es que te estoy echando de menos con tres partes izquierdas a la vez; la del pecho, la de la cama, y la de la vida. Porque un día te vi marcharte y desde entonces, no me he movido un milímetro del momento en el que estaba, en el que estabas, por si quizás, cualquier noche de frío, te da por regresar y abrazarme como queriendo romper el hielo de ese invierno, como necesitando reconstruirme las ganas de soñar."

No estábamos, pero tampoco nos íbamos…

Me aferré tanto a la idea de que contigo había un futuro, me hice tantas ilusiones, fantaseé tanto, en todos mis planes estabas tú.  Forcé las cosas, forcé todo hasta que ya no quedó más. 
Bien pude retirarme cuando aún era prudente, cuando tu sonrisa ya no era sincera, cuando tus ojos ya no irradiaban luz al verme, cuando hacer el amor se convirtió en simple sexo, de ese casual que sólo se tiene por compromiso, por puro placer carnal.
Dejamos de ser luz, para convertirnos en oscuridad, una oscuridad densa y profunda.
Tú sólo me amabas por ratos, cuando veías que estaba cansada, cuando veías que estaba apunto de irme, me amabas. Sólo en esos momentos cuando ya me veías lejos era cuando sentía tu amor. 
Y te entiendo, tú no eres el culpable de esto, fui yo por quedarme tantas veces, fui yo por no saber decir adiós. Fui yo, porque tú sabías que hicieras lo que hicieras, cometieras los errores que cometieras, yo iba a estar ahí; me empezaste a sentir segura, incondicional.
Y fue así como se fue perdiendo la magia entre nosotros, dejaste de verme como motivo y me empezaste a verme como opción. Yo me convertí en esa mujer que perdonaba todo con tal de estar a tu lado y tú, tú te convertiste en ese hombre que se la pasaba entre perdones y lamentos por cada estupidez que cometía.
No estábamos, pero tampoco nos íbamos… Fuimos un punto medio. 


jueves, 7 de junio de 2012

Y estás parada.

 Mirando los coches pasar, los semáforos en rojo, las motos que pasan a toda velocidad casi rozándote, fijándote en la gente que pasa por delante tuyo, deprisa, como si hubieran dado a una tecla para que todo se duplique y vaya el doble de rápido, los ves pasar y tu sigues parada, inmóvil sin poder moverte o más bien sin querer. Te limitas a observar pasar el tiempo sin hacer absolutamente nada, como si todo lo que ocurriese te fuera indiferente. Haz una cosa, alarga tu mano, intenta tocar algo de tu alrededor. Intenta hacer que cambie, o intenta que haga lo que tu deseas. Eso es lo que deberías de haber hecho desde hace mucho, intentar que tu vida se guíe por lo que tú quieres y no por lo que los demás desean o por que pase la vida sin más. Y ahora hazme un favor, la próxima vez que te quedes parada sin saber que hacer recuerda que la vida no está hecha para verla pasar como si fuera una película. Recuerda que si la vida es un sueño, es tu sueño y puedes hacer lo que quieras con él.


jueves, 19 de abril de 2012

Te quiero

Ya no puedo volver al pasado, me arrepiento de todo lo que he hecho, solo se una cosa, y es que te quiero y quiero estar contigo. La gente que esta a mi alrededor, que me apoya y me quiere, no paran de decirme que me aleje de ti, que me haces daño, que te olvide y que me merezco a alguien mucho mejor, pero hay una cosa que no se dan cuenta, que no paro de intentarlo una y otra vez y el resultado siempre es el mismo, que te sigo queriendo. Cuando estoy dormida, siempre apareces en un momento u otro, siempre consigues que me levante con una sonrisa dibujada en mi cara, pero hay un problema, luego me despierto y veo que tu no estas a mi lado, que todo a sido un sueño y que todo es mentira, nada se eso a pasado ni pasara y ahí es cuando no puedo mas y me derrumbo.



Aprendí a no creer en las promesas, a confiar en casi nadie.

Aprendí que los peces nadan y la aves vuelan. Que los políticos mienten, que la Tierra es redonda. Que la gente es falsa, que todo el mundo tiene dos caras. Aprendí que la suma de dos y dos son cuatro, que no hay que dar más de lo que se recibe. Que no hay que ilusionarse demasiado. Que la vida es un regalo. Me enseñaron que el futuro no está escrito, que el universo es infinito y que nosotros somos personitas diminutas, casi inexistentes. Aprendí que el tiempo pasa, que las arrugas salen, que los pechos se caen y que la belleza no es lo más importante. Aprendí a no creer en las promesas, a confiar en casi nadie y a contar con los dedos de una mano a quien de verdad siempre estuvo a mi lado



Amores que matan,de los que nunca mueren.

Ni amores de películas, ni amores para siempre, no quiero nada de eso. No quiero amores de verano, ni de invierno, ni amores para pasar un buen rato. Quiero amores que me dejen sin aliento. Amores que me hagan perder la noción del tiempo. Amores que te echen de menos después de haber estado 24 horas juntos. Amores que te llamen diciendo que te aman. Amores que luchan por ti. Amores que te hagan olvidar totalmente el pasado para centrarte solo en el presente, en esa persona. Amores que matan,de los que nunca mueren.


martes, 3 de abril de 2012

Después de algún tiempo...

Aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos ni promesas... Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto. Aprenderás que el sol quema si te expones demasiado... Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas... Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del corazón... Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida. Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo, a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permiten elegir. Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que lo amigos cambian. Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa, o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía. Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que las veamos. Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tiene influencia sobre nosotros, pero que nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzaras a aprender que no nos debemos comparar con los demás. Aprenderás que no importa dónde llegaste sino a dónde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve...